Fecha de publicación: 30/04/2024
COMUNICADO: SALVEMOS EL MAÍZ

El achaparramiento del maíz es una enfermedad que genera gran preocupación en las áreas
productivas del país. Las pérdidas en la región del NOA para la campaña 2023/24 son
significativas, en algunos casos ya llega al 100% y en general la perspectiva de daño se estima
en más del 50%.


La situación es grave. Esta enfermedad es transmitida por el insecto vector Dalbulus maidis,
conocido como la “chicharrita del maíz”, el cual se alimenta y multiplica únicamente sobre
plantas de esta especie. Es un insecto difícil de controlar y cuenta con ciertas particularidades,
tales como su longevidad (45 a 70 días), y la posibilidad en invierno de refugiarse en cualquier
otro cultivo e incluso permanecer varias semanas sin alimentarse. Los adultos se protegen en
el cogollo de la planta de maíz y tienen la capacidad de volar hasta 500 kilómetros ayudados
por corrientes de aire. Por lo tanto, el insecto y las enfermedades que transmite requieren
estrategias integradas de manejo a nivel regional considerando que las prácticas habituales
no están siendo hoy una solución efectiva para el control de la plaga.


En este escenario está en riesgo la producción de maíz a nivel nacional, cultivo necesario para
la sustentabilidad del sistema. Para enfrentar esta batalla todos los integrantes de la cadena
de producción debemos trabajar en conjunto, ya que resulta fundamental mantener a la
población de la plaga en el nivel más bajo posible porque, de lo contrario, volverán a
registrarse en el ciclo 2024/25 problemas similares a los ocurridos en la presente campaña.
Es en este contexto instituciones referentes del sector nos hemos agrupado y constituido el
Comité #SalvemosAlMaíz con el objetivo de informar y concientizar a todos los actores de la
cadena del maíz sobre esta problemática. Consideramos fundamental adoptar las siguientes
medidas:

  • Vacío sanitario, 90 días previos a la fecha regional de siembra,
    diciembre/enero.
  • Control permanente de maíz guacho o voluntario.
  • Monitoreo de la población del insecto vector previo a la siembra y durante las
    etapas iniciales del cultivo.
  • Elegir los híbridos menos susceptibles.
  • Concentración de fecha de siembra en los meses más apropiados (fines de
    diciembre hasta mediados de enero).

En síntesis, o nos salvamos todos o no se salva nadie. Debemos considerar que ninguna
medida aislada es eficaz. No se trata de un problema que pueda resolverse de manera
individual. Tenemos que aprender a convivir con la plaga, pero la clave es aprender a gestionarla para mantener un nivel de población bajo que sea controlable. Lograr reducir la
población será el reflejo no sólo de un mejor manejo a nivel integral sino también y
fundamentalmente del esfuerzo generalizado en la región siendo imperioso el trabajo
coordinado entre los gobiernos provinciales.

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